El Archivo Municipal conserva las ordenanzas de la Policía Rural y Urbana de 1878 dedicado íntegramente a la Semana Santa

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 El Ayuntamiento de Crevillent aprobó esta normativa que regulaba la organización de las procesiones con el objetivo de que se desarrollaran de la mejor forma posible

Se acercan los días de la Semana Mayor y comienzan los preparativos para su celebración. El Archivo Municipal “Clara Campoamor” conserva las ordenanzas de la Policía Rural y Urbana de 1878, cuyo primer capítulo titulado Orden y buen gobierno está dedicado íntegramente a la Semana Santa, tradición que se remonta al último cuarto del siglo XVII.

Hace 144 años, el Ayuntamiento aprobó esta normativa que regula, entre otras cosas, la organización de las procesiones a fin de que ésas lucieran lo mejor posible en un momento en que experimentó un gran auge configurarse la Semana Santa tal y como hoy la conocemos:

“1º. Queda prohibido que al toque de gloria del Sábado Santo se disparen armas de fuego, cohetes ni petardos.

2º. En ninguna procesión será permitido que alumbren con velas, hachas o cirios, sino los hombres. Los menores de diez años deberán ir acompañados de sus padres, tutores o encargados.

3º. Las procesiones no podrán llevar otra carrera que la que disponga la autoridad eclesiástica de acuerdo con la civil, pero ninguna podrá salir fuera de los templos sin permiso de esta última autoridad.

4º. En la carrera que lleven las procesiones se guardará por los concurrentes, el mayor orden y compostura, siendo obligación de todos descubrirse inmediatamente después que aparezca la cruz parroquial.

5º. Se prohíbe en el tránsito armar riñas, dar voces, proferir denuestos y cualquier otro acto que interrumpa la devoción de los fieles.

6º. Igualmente, se prohíbe en toda la carrera que lleven las procesiones de Semana Santa establecer puestos ambulantes de comestibles, bebidas, dulces, ni nada que pueda incomodar al público y alterar el recogimiento y devoción de aquellos días, sin someterse antes al orden y colocación de puestos fijos que señale la autoridad local.”

Por su parte, los crevillentinos y crevillentinas ponían apunto las fachadas y balcones y el Ayuntamiento destinaba parte de su presupuesto ala reparación delas calles y plazas por donde transcurrían las procesiones, como el puente de San Sebastián, “entre el huerto de D. José Polo y D. Manuel Candela”, reconstruido en este mismo año y al que se destinaron 1.250 pesetas; 50 pesetas para el arbolado de los paseos públicos y como no, la música municipal, contratada por 500 pesetas anuales “por tocar en los actos que convenga con el Ayuntamiento.”

La Semana Santa constituye una de nuestras tradiciones más antiguas y fue declarada Fiesta de Interés Internacional en 2011.

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